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viernes, 22 de octubre de 2010

CONFERENCIA: “EL AGUA VALE MÁS QUE EL ORO”

A cargo de la Diputada Nacional (MC) Prof. Marta Maffei.


Invitamos a todos los interesados a la Conferencia “El Agua vale más que el Oro” que se desarrollará el próximo Martes 26 a las 18:30, en el Restaurant del Club Lanús (9 de Julio y Córdoba, Lanús Este).
La conferencia estará a cargo de la Diputada Nacional (MC) Prof. Marta Maffei, autora del proyecto original de Ley de Protección de los Glaciares.
Esperamos contar con su presencia.
Convocan:
ONGs
Espacio OIKOS | Fundación ECOSUR | Asociación Ecológica Lanús-AEL | Red Nacional de Acción Ecologista-RENACE | Foro Hídrico de Lanús | Agrupación Germán Abdala Lanús CTA |
Agrupaciones Políticas
Unidad Popular Lanús | Libres del Sur | Proyecto Sur
NOTA: Se continuan recibiendo adhesiones
Un triunfo popular en la defensa de las fuentes agua
Por Marta Maffei

Cuando hace dos años la Presidenta Cristina Kirchner vetó la Ley 26.418 de Protección de Glaciares y Ambiente Periglaciar, pocos pensábamos que el agua de los glaciares tendría otra oportunidad.

La entrega a favor del lobby combinado de las trasnacionales mineras, en particular la Barrick Gold y un sector de gobernadores cordilleranos capitaneado por José Luis Gioja de San Juan, defendiendo escandalosamente los intereses de esas corporaciones (que en varios casos comparten) aunque intenten esconderlos en airados clamores de federalismo, fue generando un panorama oscuro y a la vez desnudando que esa combinación de neocolonizadores y corruptos, combate rabiosamente con recursos legales o no, cualquier posibilidad de protección ambiental.

Su concepto de democracia es bien limitado. Sirve para exigirle a los gobiernos que respeten “sus derechos adquiridos” no para aceptar leyes que protejan los derechos de otros o que la voluntad popular pueda limitar el horizonte del mercado. Una democracia  a la medida de los gerentes, soldados de oscuros monopolios que día a día destrozan la democracia que pregonan.

En aquel momento la hegemonía kirchenerista en la Cámaras agregaba elevadas cuotas de incertidumbre. Estaba claro que una cosa había sido votar una buena ley y otra oponerse al Veto presidencial. La actitud del Senador Filmus, miembro informante en la sanción del Senado y apoyando sin rodeos la ley luego vetada, fue el testimonio claro de los estragos que la decisión del ejecutivo causó en las filas de muchos supuestos defensores de los recursos naturales, incluidos varios “expertos” ambientalistas.

En realidad, la ley se había votado por unanimidad en ambas Cámaras precisamente por la importancia vital de los glaciares.
-       por la impecable calidad de sus aguas,
-       por su funcionamiento versátil en relación a las demandas de recarga de las cuencas hídricas que nacen en la Cordillera,
-       por su eficaz aporte contra el calentamiento global,
-       por su belleza y su impacto turístico,
-       por la subsistencia de la agricultura y la vida en los valles regados por deshielos encausados en acequias y canales, absolutamente dependientes de esas cuencas andinas,
-       en fin, por la justicia y claridad del planteo contenido en la ley

Pero ese no era el punto. La ley era justa, medida, oportuna, necesaria y se había trabajado hasta alcanzar un consenso difícil en los tiempos que corren. Preservaba, cuidaba, protegía el agua glaciar del uso dispendioso o contaminante por parte de las mineras, petroleras o cualquier otra actividad predadora emprendida por intereses que no reconocen coto, control, ni medida. Queda claro que no prohibía ninguna actividad en sí misma, solo limitaba la posibilidad de realizarla a expensas de destruir los glaciares o zona periglaciar, poniendo en riesgo sus funciones o contaminándolos. Recordemos que los glaciares ocupan solo una pequeña porción de la Cordillera

Así las cosas, el Diputado Bonasso, conciente de la dificultad para intentar revertir el veto presidencial, presentó nuevamente el proyecto original, en tanto Filmus lograba que el Senado le aprobara una propuesta alternativa claramente más favorable a los intereses mineros.

Mientras el Congreso seguía rumiando alternativas asesorado por especialistas y presionado por distintos intereses, comenzó a evidenciarse un creciente involucramiento por parte de la sociedad.

Compañeros y compañeras asesores, geólogos, glaciólogos, periodistas, ambientalistas  colaboradores, convencidos de la importancia vital del proyecto, participaron y nos acompañaron en incontables programas, jornadas, audiencias públicas, charlas, conferencias, promovidos por instituciones públicas, académicas, culturales, organizaciones no gubernamentales, comunidades indígenas, sindicatos, partidos políticos, sociedades vecinales por todo el país para exponer y debatir sobre la importancia de proteger  y  defender los bienes comunes, en particular el agua

Fueron dos años sin descanso difundiendo, socializando y profundizando el consenso social a favor de la ley y comprensión sobre el creciente riesgo a que nos sometía la irresponsabilidad gubernamental en connivencia con la voracidad de los monopolios de la minería a cielo abierto.

La respuesta popular fue categórica: “los glaciares se defienden”.

“El agua vale más que el oro” fue la consigna y la solidaridad popular creció tanto que el gobierno, anticipándose a la posible sanción de un nuevo proyecto, acordó en Canadá y presionó junto a las empresas mineras para que se dictaran leyes provinciales supuestamente protectoras de los glaciares, absolutamente complacientes con las formas de explotación en curso.

La visibilidad de los intereses comprometidos terminó estallándoles en la cara cuando la presión de los grupos económicos no reconoció límites y desbarrancó en  pegatinas, notas, solicitadas a favor de la “minería responsable y sustentable” asqueando a todos con la presencia constante de sus funcionarios y gestores en cada espacio de poder y sobre cada Senador. Una situación que, aunque a ellos les cueste creerlo, operó también a favor de la ley. Fue un verdadero acoso, desvergonzado, despilfarrador, que mejoró la visualización los hilos detrás de la trama, haciendo imposible el apoyo  de los que creían poder parapetarse impunemente en el falso federalismo.

Así las cosas y ante la inminencia de una nueva sanción que dejaba, ahora sí claramente,  expuesto al Poder Ejecutivo y sus socios, las autoridades informaron que esta vez no habría veto.

La presión social permitió que Bonasso lograra consenso en Comisión para el proyecto original con pequeñas modificaciones. Filmus, conciente de la inminencia de una confrontación capaz de inviabilizar ambos proyectos o darle respaldo al de Bonasso, optó por apoyar una alternativa consensuada con sobre el texto original que redundó en una propuesta aún más favorable a la protección de los glaciares, apoyada mayoritariamente en el Recinto por Diputados. El proyecto continuó el debate en el Senado que finalmente lo sancionó por 35 votos contra 33 en la madrugada del 30/9/2010 en medio de una convocatoria social realizada  por la Unión de Asambleas Ciudadanas junto a cientos de otras Organizaciones Ambientalistas y una cantata de jóvenes músicos que sin solución de continuidad testimoniaban a las puertas del Congreso cuales son las convocatorias que los mueven

El compromiso social fue la clave, se hizo oír en todo el país y también en el exterior. Generó el clima que hizo insostenible la terquedad del gobierno y absolutamente transparentes los intereses y la presión de las transnacionales mineras y los gobernadores aliados….



La Ley de Presupuestos Mínimos para la Protección de Glaciares y el Ambiente Periglaciar, es un triunfo popular.
Un triunfo de las causas que no se abandonan.
Un logro de la construcción del conocimiento compartido sobre los verdaderos nudos del problema. 
Una victoria de las luchas contra la corruptela política y la connivencia con el saqueo. Pero por sobre todo, es una herramienta para continuar defendiendo el derecho al agua de nuestros pueblos.

América Latina es el mejor reservorio del agua dulce del Planeta y por lo mismo está sujeta a la voracidad implacable tanto de los países que dilapidaron y contaminaron sus recursos hídricos a partir de un modelo de desarrollo y consumo depredador, como de los grupos económicos que disfrazados de “inversionistas” saquean la riqueza impresionante de nuestros pueblos que, paradojalmente, han dado en llamarse “pobres”.

Al triunfo con la ley de glaciares se agrega el impresionante crecimiento de una conciencia ambiental en la ciudadanía, que, sin ir más lejos, en Brasil, recibió el apoyo de  22 millones de sufragios. La idea central de procurar modelos alternativos de desarrollo capaces de ser, efectivamente compatibles con la sustentabilidad ambiental, económica, política y social camina ya los senderos de América Latina. Un logro “inesperado” según los mismos medios que, durante años nos comen la cabeza con la reiteración de la inseguridad urbana y el delito que, con ser graves, no alcanzan para ocultar la “otra inseguridad”, los otros delitos bendecidos con la aureola de progreso, cuyas  consecuencias sobre la vida y la salud, son originadas a partir de las formas depredadoras y contaminantes de producción. Alergias, asma, todo tipo de enfermedades respiratorias y de piel, tumores, abortos, malformaciones, se esparcen sobre poblaciones indefensas mientras el mercado celebra el crecimiento del PBI.

Visibilizar el riesgo y las alternativas de solución es parte de nuestro desafío y el de toda América Latina.

La Ley que protege nuestros glaciares es un paso concreto en la dirección correcta. Un paso a favor de la vida.

Esta batalla la ganaron LOS GLACIARES!!! Y  La ganó el pueblo
No es la única batalla que nos debemos, para eso necesitamos preparamos

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