Lo requirió el Juzgado Federal de Quilmes, a cargo del juez Luis Armella. El proyecto deberá alcanzar, como primera etapa, la llamada “Cuenca Baja”, que involucra a la Ciudad de Buenos Aires y a los municipios de Avellaneda, Lanús y Lomas de Zamora
El juez Luis Armella, titular del Juzgado Federal de Quilmes, requirió a la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), de manera coordinada con el Estado Nacional, la Provincia de Buenos Aires, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los municipios de Avellaneda, Lanús y Lomas de Zamora, en fecha que no vaya más allá del 1º de marzo de 2012, “presente un proyecto integrador que contemple todas las acciones que se implementen en ése sentido a lo largo de toda la Cuenca Hídrica para el caso de la forestación, y de parquización para las márgenes de su río, que incluye al ‘camino de sirga’; de manera precisa, cabal, detallada, y conforme a los lineamientos esgrimidos y exigidos en la presente”.
En la resolución, el magistrado señala que los proyectos correspondientes a las obras de parquizado han realizarse sobre los espacios públicos delimitados por las márgenes del río, y que incluye al denominado “camino de sirga” en la Cuenca Baja (por el momento sólo a esa zona, en atención a la aplicación del principio de progresividad) se constituirán como un aporte fundamental al definitivo saneamiento de toda la Cuenca Hídrica.
“Debe entenderse la referida planificación, como un instrumento cuyo objetivo primordial sea proyectar las tendencias ambientales futuras con consecuencias presentes, a través de un proceso de análisis y formulación de acciones concretas sobre situaciones deseables y de corrección de los escenarios no deseados, que permitan aproximarse a ideas de prosperidad colectiva”, agrega.
Y resalta que, así las cosas, “el planeamiento estratégico no sólo debe considerar las cuestiones territoriales, sino que debe explorar la dinámica de los procesos a partir del acabado análisis de las áreas a parquizar y forestar, a través de criterios unificados de investigación, y teniendo en consideración su incidencia en la vida de la sociedad, como verdaderos factores convergentes del desarrollo ecológico”.
Por otro lado, indica que las acciones que se implementen en ese sentido deberán ser proyectadas “con el grado de perdurabilidad que la situación socio-ambiental requiere, y cuyo objetivo no debe ser otro que el respeto por la calidad y dignidad humana de quienes la habitan, procurando la diversidad y perdurabilidad ecológica de la Cuenca”.
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